PEÑAS DE HERRERA.

PEÑAS DE HERRERA DESDE TALAMANTES (ZARAGOZA):
-Altitud mínima: 861 mts., altitud máxima: 1438 mts., por lo que el desnivel superado desde Talamantes es más o menos de unos 600 mts.
-Tiempo de subida: Unas 2,5 horas (en invierno y con nieve).
-Distancia recorrida aproximada: 5,5 Kms.

SITUACIÓN:

Llegamos en coche hasta el bonito y pintoresco pueblo de Talamantes, (sólo la visita a esta población hace que la excursión merezca la pena); una mañana del invierno de domingo, muy fría, después de las copiosas nevadas propias de la estación; cruzando la calle principal de la población observamos con cierto asombro la presencia de algún lugareño calzado !CON CRAMPONES!; presagio.....el terreno está verdaderamente peligroso por la helada de la noche. Saliendo del pueblo, hacia la GR 90.1, nuestros tres intrépidos aventureros dan estrepitosamente con sus huesos en el suelo de Talamantes, al comenzar la cuesta arriba hacia el sendero tratamos de cruzar una especie de rambla absolutamente impracticable por una gruesa capa de hielo compacta y transparente.....Como duele....

Nada más salir del pueblo nos metemos en el Barranco de Valdeherrera y vamos ganando altura constantemente, el sendero GR 90.1 no tiene pérdida, está muy bien señalizado y la progresión se hace evidente hacia las Peñas aún sin fijarnos en los hitos.
Se acumula en todo el recorrido gran cantidad de nieve, pero por fortuna, el estado de la misma es bastante bueno para subir, bastante dura sin llegar a estar helada, lo que hace que la progresión se haga a buen ritmo y sin hundirse demasiado.
Una de las Peñas de Herrera:
Otra:
Otra más:

Es esta excursión, disfrutamos de la compañía de un expedicionario de excepción, de pelo blanco, con rabo y cuatro patas; El Patán, un ejemplar de Labrador muy simpático y bien adiestrado. Tengo que decir que a pesar de que yo no soy muy aficionado a los canes, este animal se hace acreedor en todo momento de nuestro aprecio y admiración por su comportamiento durante la excursión; durante todo el recorrido el perro recorre docenas de veces la distancia que se produce entre el primer y último excursionista tanto durante la subida como durante la bajada, al objeto, entiendo de no perdernos de vista a nadie en ningún momento, como si nos estuviera cuidando, vamos.
En un momento dado y de manera voluntaria (esta vez si), caigo en la nieve y quedo parcialmente enterrado en ella, me cubro casi por entero con nieve y solicito la ayuda de nuestro amigo: !Socorro Patán, ayúdame!!!;
el animal corre hacia mi como una flecha, me encuentra rápido, hace lo posible para apartar la nieve con sus patas y agarrándome a él me ayuda a salir de la nieve y a incorporarme....Es un buen amigo sin duda, y con gran corazón. Gracias Patán.
Os aseguro que es un animal muy inteligente, y creo que en el entorno natural su instinto se agudiza.

Ya en las Peñas, almorzamos un poco, bebemos agua y permanecemos allí poco rato, el tiempo está bastante revuelto, hace frío y el viento azota a base de bien. Disfrutamos a medias de las bonitas vistas hacia la comarca y al Parque Natural del Moncayo; creo que con un día soleado lo habríamos disfrutado más.

Panoramas desde las Peñas:


EL GRUPO:

Pablo y josé Manuel.

Y el perrico.