Hay que llegar hasta Torla, justo en la entrada del cañón de Ordesa, ponerse las botas y la mochila y marchar decididamente a recorrer íntegramente el celebre cañón, bien por el mismo valle hasta la Cola de caballo, bien por la vertiginosa senda de los Cazadores.
La base para cualquier ascensión por la vía normal al Monte Perdido, parte desde el Refugio de Góriz, gestionado por la Federación Aragonesa de Montañismo y situado a 2200 mts. de altitud.

Esquema de situación:


Desde el refugio hacia la Gran Montaña de las Tres Sorores, pasando necesariamente por el lago helado y continuando el tramo final de la ascensión por la celebérrima Escupidera hasta llegar a la cima.


En esta imagen se aprecia claramente el lago helado, una vez superado nos enfrentamos a la parte más dura de la ascensión, el tramo final cruzando la Escupidera.

Se aprecia el gran desnivel de este tramo legendario, el esfuerzo ha de ser tenaz, subir al Perdido no es ninguna broma....

Nuestros amigos Juan Carlos y Cristina ya en la cima del Perdido, con sus 3355 Mts.  macizo calcareo más alto de Europa, en el corazón del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Vista hacia el glaciar de la cara Norte, se ve el lago de Marboré:
Cañón de Ordesa desde la cima:
El Cilindro de Marboré:

En resumen: una gran travesía por el Valle de Ordesa con el colofón final de la ascensión a una gran montaña de la cordillera pirenaica, célebre a uno y otro lado de la frontera y con gran prestigio montañero en toda Europa.
 Agradecemos una vez más a nuestros amigos de Tauste la extraordinaria experiencia aportada a esta publicación así como las bellas imágenes captadas en esta exigente ascensión.

Esquema de ascenso de la parte final:


La primera ascensión al Monte Perdido (documentada) la realizó Ramond de Carbonieres, político, geólogo y botanico Francés (1755-1827). Está considerado como uno de los primeros exploradores expertos de la alta montaña pirenaica. En un tercer intento, en 1802 lanza a los guías  Rondo y Laurens acompañados de un pastor de Pineta hacia la cumbre. El 10 de agosto de 1802, cuatro días después de que estos tres hombres pagados por Carbonieres alcanzaran la cumbre Ramond repite el recorrido, relata su expedición en el Journal de Mines, lo que le vale un reconocimiento de los científicos de la época.